¿A quién conviene el acuerde de refugiados entre la UE y Turquía?

*Nadia Garcia Sicard[1]

La crisis de refugiados que desde el 2013 llego a territorio europeo tras el colapso del acogimiento y mantenimiento de los refugiados sirios a nivel regional, ha mostrado las falencias políticas de la Unión Europea para dar frente a la situación y proteger a los refugiados.

 

 Los atentados de Paris, Bélgica, el aumento de la xenofobia y la afiliación constante de cada vez más europeos al autodenominado Estado Islámico, encendieron las alarmas europeas para cerrar su frontera con los Balcanes y establecer planes drásticos y concretos para el control de la inmigración ante las insuficientes propuestas lideradas por Alemania. Esto dio paso al acuerdo entre la Unión Europea y Turquía en el que se establece la readmisión de migrantes irregulares y el establecimiento de controles fronterizos más estrictos en Turquía a cambio de una millonaria asistencia económica y el compromiso de acelerar la adhesión de este país a la UE (Betts, 2016).

La importancia del acuerdo va más allá del humanitarismo pretencioso europeo al  pretender proteger a los refugiados al dejarlos en Turquía. Por el contrario, los verdaderos intereses se concentran en sopesar la crisis económica y política de la UE. Estipular el acuerdo con el objetivo específico de bloquear la entrada de refugiados a territorio europeo demuestra que los refugiados no están siendo vistos como víctimas de un conflicto en busca de protección, sino como un problema que se debe enfrentar. Bien dicho por Zygmunt Baumman (2004), los refugiados son el “desperdicio humano”, aquel problema que no se acomoda al orden social europeo y debe ser desechado.

Al alejar al refugiado desde el análisis simplista del humanitarismo, da paso a contemplar los intereses bilaterales que rodean el estratégico acuerdo. En primera medida, limitar la entrada de refugiados a Grecia, le resta su responsabilidad de velar por una adecuada acogida a los refugiados bajo los requisitos estipulados en la Convención sobre el estatuto de los refugiados de 1951 del que Grecia hace parte.

Los argumentos para quitarle responsabilidades a Grecia y sumárselas a Turquía se basan en la mejora de las condiciones de procesos legales y estadía de los refugiados en Turquía, teniendo en cuenta las deplorables condiciones en las que permanecen en Grecia y sus políticas migratorias obsoletas, lentas y con un alto grado de burocracia. Sin embargo, estas “buenas” condiciones en Turquía son discutibles teniendo en cuenta que este país adoptó la condición de “limitación geográfica”[2] de la convención del 51 y por tanto, no se le exige el cumplimiento de las obligaciones del derecho internacional de protección a los refugiados, dejando particularmente a los refugiados sirios en un limbo jurídico.

 A pesar de la no obligatoriedad por parte de Turquía de acoger y reconocer a los refugiados, el gobierno de Erdogan en el 2014 al darse cuenta que los refugiados sirios no volverían a su país tan pronto, decidió implementar la política de “puertas abiertas” facilitando la entrada de sirios al país, flexibilizó el mercado laboral e inició un plan de inversión que se necesitase para sostenerlos el cual sería apoyado a partir de la firma del acuerdo con la UE  (Ünlühisarcıklı, 2015, p. 7).

Por otra parte, la crisis de los refugiados ha traído una crisis política dentro de la UE y particularmente una polarización de bandos pro y contra de la europeidad y la solidaridad. En este sentido, ante la ineficiencia de las propuestas lideradas por Alemania, la división política se iba acrecentando, aislando cada vez más a este país como líder europeo. Así, ante la necesidad de Alemania de mostrar una posición más drástica frente al flujo de refugiados hacia la UE, lideró la concreción de la cooperación turco-europea. Este movimiento estratégico, pretende recuperar la confianza en Alemania como líder de la UE y le podría asegurar a Angela Merkel un año más en el poder, siempre y cuando los niveles de ingreso de refugiados a la UE disminuyan (Janning, 2016) (Laub & Knaus, 2016).

Este acuerdo se ha catalogado como no ético, reaccionario y contrario a los principios de la UE. Sin embargo, el análisis de esta cooperación debe superar el simplismo moralista e inefectivo con el que venía actuando la UE y Alemania frente a la crisis de los refugiados. Por el contrario, este acuerdo se debe interpretar de manera pragmática y estratégica, poniendo en práctica los principios de la cooperación en donde los integrantes ganan de acuerdo a sus propios intereses y entendiendo que si estos mecanismos logran ser efectivos y eficientes, los refugiados pueden salir beneficiados. A través de este acuerdo, Turquía tiene la capacidad de mostrar su importancia geopolítica y la necesidad que tiene Europa, en especial Alemania (destino final) y Grecia (país transito) de tenerlo como un estratégico aliado. En este sentido, a las partes les conviene la efectividad del acuerdo, menos a los más afectados, los refugiados.


 

[1] Profesora de tiempo completo de la Facultad de Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Santo Tomás. Profesora de Introducción a las Relaciones Internacionales y Estudios Regionales: Estados Unidos, Unión Europea y Asia Pacífico.

[2] Los Estados que adoptan la alternativa “limitación geográfica), dan reconocimiento y protección como refugiados a las personas víctimas de “los hechos ocurridos en Europa o en otra parte antes del 1º de enero de 1951” (ACNUR, 1967).


 

Referencias

ACNUR. (04 de octubre de 1967). Estados parte de la convención de 1951 sobre el estatuto de los refugiados y el protocolo de 1967 .

Baumman, Z. (2004). Wasted Lives: Modernity and its Outcasts. Cambridge: Blackwell Publishing Ltd. .

Betts, A. (09 de Marzo de 2016). Esta dependencia de Turquía es arriesgada. Obtenido de El País: http://internacional.elpais.com/internacional/2016/03/08/actualidad/1457458094_895587.html

Bither, J., & Ziebarth, A. (31 de agosto de 2015). Growing Refugee Numbers: Germany’s Strain, Europe’s Gain? . Obtenido de he German Marshall Fund of the United States. : http://www.gmfus.org/blog/2015/08/31/growing-refugee-numbers-germany%E2%80%99s-strain-europe%E2%80%99s-gain

Janning, J. (28 de Enero de 2016). Germany’s gambit: Turkey and the refugee crisis . Obtenido de European Council on Foreign Relations: http://www.ecfr.eu/article/commentary_germanys_gambit_turkey_and_the_refugee_crisis5080

Kale, B. (26 de febrero de 2016). The EU-Turkey Action Plan is Imperfect, But Also Pragmatic, And Maybe Even Strategic. Obtenido de The German Marshall Fund of the United States: http://www.gmfus.org/publications/eu-turkey-action-plan-imperfect-also-pragmatic

Laub, Z., & Knaus, G. (16 de marzo de 2016). Why the German-Turkish Migrant Plan Can Work . Obtenido de Council of Foreign Affairs : http://www.cfr.org/europe/why-german-turkish-migrant-plan-can-work/p37660

Popp, P. M., & Schult, C. (31 de enero de 2016). Unintended Consequences: Merkel's Reliance on Turkey Makes Life Worse for Refugees . Obtenido de Spiegel : http://www.spiegel.de/international/europe/unexpected-consequences-of-german-dependence-on-turkey-a-1074643.html 1/6

Ünlühisarcıklı, Ö. (2015). Europe’s Small Taste of Turkey’s Refugee Crisis. Policy Brief, The German Marschall Found, Foreign and Security Policy Program , Berlin. Obtenido de Foreign and Security Policy Program .

 

 

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