Una narcobruja resultó clave para dar con un jefe del Clan del Golfo

(Fuente: Semana)

Hace varios meses, la pitonisa les aseguró a él y a otros dos de sus secuaces, alias Rubén y alias Felipe, que estaban “protegidos” por el rito de “reencarnación” que les había hecho. Según les informó, tenía en su casa tres pequeños gatos negros que los representaban a cada uno. Confiado en esto, Máscara aceptó la misión que le encomendaron los capos del clan: tomarse a sangre y fuego una vasta región en la selva en el Pacífico de Nariño, clave para procesar y exportar la droga.

Así, debidamente ‘protegido’, a finales de octubre llegó a la zona de Leyva, acompañado de 30 sicarios fuertemente armados. Allí el clima es uno de los más duros del país, con más de 80 por ciento de humedad y noches en las que la temperatura baja a 10 grados o menos. A las pocas semanas desertaron 20 de los hombres. Máscara se vio obligado a viajar al popular barrio Manrique de Medellín, donde ofreció salarios de 1.600.000 pesos a quienes se enrolaran en sus filas. Con esa promesa convenció a más de 50 jóvenes que viajaron en varios buses. Pero desconocía que, para ese momento, oficiales de la Dirección de Antinarcóticos de la Policía llevaban semanas tras él y habían logrado reclutar a Jeison como informante.

Ver noticia completa

Noticias

404: Not Found 404: Not Found