(Fuente: W Radio)
Bogotá, 10 oct (EFE).- El brote de violencia en San Andrés de Tumaco, segundo puerto de Colombia en el Pacífico, donde el Gobierno ordenó hoy el relevo de más de un centenar de policías, revela la magnitud del desafío que tiene el Estado para consolidar la paz en las regiones donde proliferan los cultivos ilícitos.
Situado en la zona de frontera con Ecuador, Tumaco es desde hace décadas uno de los lugares con mayores índices de pobreza y de los más convulsos de Colombia por la presencia de grupos guerrilleros y otras organizaciones armadas ilegales que, tras la firma de la paz con las FARC, se disputan los cultivos de coca y su privilegiada posición costera para diversas actividades ilícitas.
Por esa razón, diferentes organismos internacionales llevan meses advirtiendo de que la región de Tumaco es, junto con la zona del Catatumbo y los departamentos del Guaviare y el Cauca, todos con grandes extensiones de cultivos ilícitos, de los lugares de Colombia donde se pone a prueba el posconflicto.