Conversatorio “Educación y Equidad Social ¿Hacia dónde va Colombia?

Por Karen Melissa Cubides Muñoz

Pasante del OSEPP

Con gran éxito transcurrió en el Auditorio Mayor el Conversatorio “Educación y Equidad Social ¿Hacia dónde va Colombia?”, el pasado 3 de mayo, con la participación de los panelistas: Doctor Sergio Fajardo Valderrama, ex alcalde de Medellín y ex gobernador de Antioquia; Fray Rogelio Cano Marín, Director del Centro Pastoral Universitaria; Doctor Alberto Castillo Castañeda, Decano de la Facultad de Gobierno y Relaciones Internacionales; y la Profesora Johanna Amaya Panche como moderadora.

 

Educación y equidad son indudablemente aspectos sustanciales en la coyuntura del país, que de ser posibles deben contribuir al desarrollo de las personas independientemente de su origen social, transformar las tendencias segregadoras y brindar nuevas oportunidades a quienes luchan diariamente por el mejoramiento de sus condiciones. En esta oportunidad las perspectivas de los panelistas desde la gestión de los gobiernos, la academia y/o la labor como sociedad, arrojaron conclusiones indispensables en plena etapa de transformación.

A continuación se presenta un recorrido por sus menciones más importantes:

 

El Doctor Sergio Fajardo se basó en un modelo sencillo para explicar las desigualdades:

 

En Colombia el origen social determina de qué lado estamos: La gran mayoría de los jóvenes al salir de sus casas, miran hacia el frente y se encuentran con un muro. Muchos saben que del otro lado están las oportunidades y que esa barrera no permite que todos accedan a ellas. A un costado del muro, hay una gran puerta, la de la ilegalidad, en Medellín de 100 personas que deberían estar estudiando, solo lo hacen 50 y la otra mitad está esperando frente al muro las oportunidades, al no encontrarlas deciden cruzar por el lado que se les abre.

 

La pregunta es ¿Cómo cambiar la sociedad? para Fajardo el reto político está en cerrar la puerta por fases y hacerla cada vez más estrecha, del mismo modo está en perforar el muro para que las personas opten por otros caminos. Un ejemplo valioso de ello, se traduce en los avances que mostró en lugares como Cedeño, Peque, Pueblo Bello y El Tostado, donde se necesitaban escuelas y transformó las comunidades con infraestructura que se convirtió en puntos de encuentro que representan la dignidad de los pueblos. La educación se convierte en una condición necesaria y en el único equipaje para construir la esperanza.

 

Por su parte, Fray Rogelio Cano Marín O.P., en contraste, compartió su experiencia en Charambirá, litoral del Bajo San Juan, departamento del Chocó, con 21 Agentes de Cambio de la Pastoral Universitaria, enfatizando en que una cosa muy distinta era el mundo académico y otra encontrarse con la realidad. En su travesía, relato las condiciones difíciles para llegar al caserío que fue desplazado por la violencia en 2013. La zona no cuenta con acueducto ni alcantarillado, consumen aguas lluvias y lo que se consume debe llevarse en lancha desde Buenaventura a 4 horas; de las 70 familias que habitaban allí, solo quedan cinco o seis que intentan reconstruir y convertirse en una zona próspera.

Lo cierto es que, quien nace en Charambirá, no va tener las oportunidades de poder ser una persona con un título profesional y esa es la realidad a lo largo y ancho del Chocó. Para Fray Rogelio Cano, la clave está en aprovechar las oportunidades y entender que las misiones no son asistencialistas sino espacios donde se puedan compartir los saberes. En la solución del conflicto el paso que sigue es el de la enseñanza; las universidades deben ir a las regiones a compartir experiencias y conocimientos y los proyectos de grado deben responder también a estas necesidades. La puerta de la ilegalidad debe eliminarse para pasar la página negra.

 

A su vez, el Decano de Gobierno y Relaciones Internacionales, Alberto Castillo, inició su intervención advirtiendo que la imagen del muro era buena pero desalentadora si se tiene en cuenta que Colombia, según el Coeficiente de Gini, tendría el octavo muro más alto del mundo. Para generar oportunidades y educación se deben romper las brechas de la pobreza y esto solo se logrará mediante dos puntos: La recuperación de la política, saliendo de la falta de interés de ciertos temas, porque es evidente que a todos nos compete y perjudica; y entendiendo que el muro de Colombia es diferente al de los otros países.

 

Según la Unidad Víctimas, el conflicto en Colombia, ha dejado ocho millones de víctimas de las cuales siete millones son desplazados, por lo cual se hace fundamental incluir la variable de desplazamiento. Para el Doctor Castillo, la educación tiene que partir desde y para el territorio, debe tener un enfoque diferencial e incluir todo aquello que las comunidades necesitan. Las carreras técnicas y tecnológicas, son de esas primeras soluciones, dado que pueden responder a los requerimientos de las regiones.

 

Finalmente como lo propuso el Doctor Fajardo, la educación debe ser para los colombianos un hecho diario de transformación que tenga en cuenta la dignidad de maestros y espacios. Como conclusión, en el marco de implementación de la paz, romper el muro significará no solo hacer presencia en las regiones sino innovar con soluciones. En la medida en que se plantee un nuevo paradigma, en el que se incluya a todos los miembros de la sociedad, se logrará que muchas más personas bajo circunstancias adecuadas se eduquen y asciendan a la libertad.

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